Santiago de Chile, 23 nov (EFE).- Chile producirá 300.000 toneladas de salmón en 2010, la mitad de la cantidad registrada antes de la propagación del virus ISA, hace tres años, y podrá recuperar esos niveles hacia 2014, anunciaron hoy fuentes empresariales.
La crisis del virus ISA (anemia infecciosa del salmón) provocó un auténtico descalabro en la industria del país, que en 20 años ha logrado convertirse en la segunda productora mundial, sólo superada por la de Noruega, que este año prevé obtener un millón de toneladas.
Así lo explicó César Barros, presidente de SalmonChile, entidad empresarial que agrupa a 18 de las 23 compañías del país, durante una rueda de prensa en la que analizó los errores de la industria que desembocaron en esa crisis empresarial, medioambiental y laboral.
Barros señaló que hubo "un error tanto de la industria como de las entidades reguladoras" en la tardanza en detectar el virus ISA, que llegó a Chile a través de ovas importadas desde Noruega, y que durante ocho meses sólo afectó a la empresa Marine Harvest.
El virus ISA, que no causa problemas en el ser humano pero sí una elevada mortalidad en los peces, obligó a reducir drásticamente el número de siembras de 29,6 millones de peces mensuales en enero de 2008 a 2,9 millones en junio de 2009.
Ahora, esa cantidad ha ascendido a 11,2 millones de siembras, la enfermedad está controlada, la mortalidad se ha reducido de un 2,5 por ciento a un 0,5 por ciento y sólo existe un brote aislado del virus en una empresa de la austral región de Magallanes, Salmones Magallanes.
Echando la vista atrás, el dirigente empresarial reconoció también que tuvieron "problemas en la cercanía con la comunidad local y en las relaciones con los trabajadores, que fueron relativamente ácidas", y planteó la conveniencia de "hacer un trabajo mutuo" entre las partes.
Debido al impacto del virus ISA y a la crisis financiera de 2008, la industria, que había llegado a generar 55.000 empleos directos e indirectos, en su mayoría concentrados en las regiones sureñas de Los Lagos y Aysén, dejó en la calle a 13.500 trabajadores directos.
Sin embargo, los representantes de la industria salmonera no tienen previsiones de cuántos puestos de trabajo se podrán recuperar de aquí a 2014.
A raíz de la crisis y con estos análisis en carpeta, la industria se ha propuesto acometer una reconversión de la matriz productiva, basada en un programa sanitario y un modelo cooperativo, y que requiere el apoyo de la ciencia y de un marco regulatorio.
Según Barros, "el Estado chileno no está casi en ninguna parte", por lo que "la industria decidió lo que había que hacer" y se impuso a sí misma normas que después se recogieron en la Ley General de Pesca y Acuicultura, aprobada este año.
Esta ley regula algunos aspectos del cultivo del salmón que antes no estaban reglamentados.
Así, la densidad en las jaulas, que antes llegaba a 20 kilos de salmón atlántico por metro cúbico, se redujo a 14 kilos, mientras que en Noruega llega a 25 kilos, según Carlos Odebret, gerente general de SalmonChile.
Además, estipula un periodo de tres meses de descanso de las zonas de cultivo por cada 24 meses de producción.
Estas medidas van a suponer un 30 por ciento más de costos de producción, pero la industria espera compensar ese incremento con una mayor productividad, ya que las mejoras sanitarias permiten que los peces, que antes alcanzaban los 3,5 kilos, lleguen a pesar ahora 5,1 kilos.
Esta mejora en los estándares de producción fueron reconocidos el pasado octubre en Londres durante la X Conferencia Internacional del organismo certificador internacional GLOBAL G.A.P, que creó el sello Salmon G.A.P.
Ese sello está basado en buenas prácticas de la industria chilena que ese organismo pretende extender como modelo en otros países.
