La
investigación del Centro Ecoceanos, fue realizada en el marco de la
serie de documentos en la que el Centro de Información del
Comportamiento Empresarial (CICE) está trabajando para fomentar la RSE
en los más relevantes sectores productivos del país.
Mientras
Chile es el quinto país en desembarques de productos marinos, el
séptimo exportador de recursos pesqueros y el segundo exportador de
algas y productor y exportador de salmónidos de cultivos, emerge la otra
cara detrás del modelo. Esa que muestra que nuestro país es el que
posee los más bajos estándares laborales, sanitarios y ambientales de
esta industria. Es decir, la industria del salmón constituye un sector
de gran significancia en lo productivo-exportador, con ganancias de
primer mundo, pero presenta déficits en lo referente a estándares
laborales producto de las extensas jornadas, menores salarios,
crecientes tasas de accidentabilidad y mortalidad, y una
infraccionalidad a la legislación laboral considerable.
Frente
a ello, hoy es imprescindible generar un proceso de entrega de
información, reflexión y participación, especialmente, en las Regiones
de Los Lagos, Aysén y Magallanes, que están generando alternativas y
propuestas para el desarrollo de una acuicultura socialmente justa.
Es
así como el Centro Ecoceanos, miembro de la Red Puentes Chile, intenta
contribuir a una cultura empresarial moderna, responsable y acorde a los
estándares internacionales sobre estas materias realizando un estudio a
la industria salmonera en base a información proveniente sólo de
fuentes gubernamentales, con un saldo investigativo que se resume a
continuación.
1. Aspectos laborales
La
mayor industria de salmónidos opera en la zona sur austral de Chile,
siendo el 98% de los salmones y truchas exportados a USA, Japón y
Europa. Los trabajadores laboran vía turnos, donde casi el 70% de la
mano de obra de la planta procesadora son mujeres. En tanto, en los
centros de cultivo, el personal está constituido por obreros.
Lamentablemente,
según cifras oficiales, la industria de cultivo y exportación de
salmónidos es la que mantiene los más altos índices de accidentabilidad
laboral, debido a las escasas medidas de higiene y seguridad laboral que
presenta la industria. En 2005, los índices de accidentabilidad en los
centros de cultivo fueron de 11, 2% y en las plantas de proceso de un
13.9%. En este ítem, el sector salmonicultor supera la media nacional,
que registró este año un 7,96%.
Mas, desde febrero de 2005, el
Centro Ecoceanos, basado en datos de la Armada, la Dirección del Trabajo
y de las Fiscalías Regionales de Los Lagos y de Aisén, ha registrado 42
trabajadores del sector acuícola muertos o desaparecidos. Estas muertes
se han debido a las escasas medidas de higiene y seguridad laboral que
presenta la industria, tanto en sus centros de cultivo, como en sus
plantas procesadoras, además de las faenas vinculadas a las etapas de
transporte de peces, alimento y diversos insumos.
En la mayoría
de los casos, empresas como Pacífico Sur, Tara Salmón, Europharma Chile,
Cubquelan, Marine Harvest, Mainstream y en especial la Naviera Vergara,
entre otras, han sido sancionadas por no informar a los trabajadores de
los riesgos que enfrentan en cada faena. Incluso se ha constatado que
las empresas no cuentan en forma permanente con un profesional experto
en prevención de riesgos, siendo las principales materias de
infraccionalidad la informalidad laboral y la no entrega de implementos
de protección personal, entre otros.
Las fiscalizaciones realizadas
por las Inspecciones del Trabajo de la Región de Los Lagos arrojan
cifras que explican a la vez esta secuencia de muertes y accidentes. En
los últimos años, según datos de la Dirección Nacional del Trabajo, dos
tercios de las empresas salmoneras de la Décima Región violaron la
legislación laboral.
Las principales materias de infraccionalidad de este sector productivo son:
- Informalidad laboral
-
Incumplimiento a las normas de higiene y seguridad (niveles altos de
humedad y bajas temperaturas, estadísticas de accidentabilidad, no
entrega de implementos de protección personal, entre otros)
- Falta de condiciones seguras para el trabajo bajo el mar
- Incumplimiento de las normas de protección a la maternidad
- Prácticas antisindicales.
Según
la Dirección Regional del Trabajo, en 2005 la industria salmonera fue
sancionada principalmente por vulnerar las normas de protección del
trabajador.
-Salud Laboral
Según el estudio del año 2002
del Dr. Elías Apud denominado “Estudio ergonómico en plantas salmoneras
de la Décima Región”, el cual fue publicado por la Dirección del
Trabajo, se demuestra que durante la construcción de las industrias,
estas estaban más centradas en la tecnología que en las personas que
harían uso de ella, siendo los problemas más críticos - hoy - el
hacinamiento, el método de supervisión y tiempo para ir al baño, además
del problema del trabajo de pie con movimientos repetitivos, que trae
como consecuencia enfermedades en las extremidades superiores.
-La tragedia de los buzos salmoneros
Tras
diversas denuncias de sindicatos de trabajadores y organizaciones del
medio ambiente, se determinó que la faena de buceo es la actividad
calificada como la más riesgosa. Incluso, el número de muertes anuales
de trabajadores en la región de Los Lagos se encuentra entre los más
altos del mundo (del 2005 a la fecha han fallecido ocho buzos en faenas
acuícolas) Casos que se habrían evitado cumpliendo las normas de Higiene
y Seguridad del Código del Trabajo.
Por otro lado, los
industriales salmoneros están concientes del riesgo y han tercerizado
estas labores recurriendo a contratistas y subcontratistas. Sin embargo,
el Reglamento de Buceo exime de responsabilidad a las compañías
mandantes, y los principales sancionados son los mencionados, los
propios buzos y los supervisores.
Cabe destacar, que trabajan
cerca de 4 mil buzos, donde menos de 100, son buzos comerciales que han
tenido una capacitación certificada.
-Subcontratación y Sindicalización
Debido
a la externalización de los servicios por parte de las compañías, se ha
impedido la creación de organizaciones sindicales y el fortalecimiento
de las ya constituidas a favor de los trabajadores, siendo un ejemplo la
Región de Los Lagos, donde la industria salmonera genera directa e
indirectamente alrededor de 45 mil empleos, y cerca de 7 mil
trabajadores están sindicalizados (15%) donde el 50% de los afiliados a
un sindicato están articulados a través de federaciones, lo que muestra
un actor fragmentado, desarticulado y sin capacidad de negociación.
-Desprotección a la maternidad
Más
del 50% de la mano de obra del sector salmonero son mujeres. Las normas
de protección a la maternidad, incluidas en los artículos 194 a 208 del
Código del Trabajo, establecen derechos como fuero maternal, permisos,
subsidios, sala cuna, entre otros. Sin embargo, estos han sido
vulnerados por estas empresas.
Frente a las denuncias contra la
industria salmonera, el año 2004 la Dirección del Trabajo de Los Lagos
impulsó la Mesa Tripartita de Protección a la Maternidad del sector
salmonero, pero luego de varios intentos no percibió en forma concreta,
dejando entrever que existe un castigo a la maternidad.
Según un
informe del Sernam (2004) a las trabajadoras embarazadas se les entrega
un bono de incentivo de producción inferior al resto y los días
destinados al control de niño sano y del embarazo son descontados. En
cuanto al cuidado infantil, las empresas del sector salmonero tampoco
respetan la ley sobre el beneficio de sala cuna. Sin embargo, existen
casos como las Empresas Salfco Chile y Multiexport que acordaron que las
madres puedan optar a seis o cuatro horas una vez al mes, con goce de
sueldo, a fin de poder contar con tiempo para “tales efectos”. Sin
embargo, las industrias deben estar concientes que las sanciones por
incumplimiento de las normas de protección a la maternidad ascienden a
los 70 UTM, monto considerado insuficiente por los afectados.
2. Turismo y salmonicultura
La
industria del turismo en Chile se ha fortalecido en los últimos años,
siendo las zonas australes donde se concentra el mayor incremento,
región que también corresponde a la principal área de expansión
geográfica y productiva de la industria salmonera, que espera duplicar
su producción al 2013.
Sin embargo, el auge que está viviendo la
zona ya casi no cuenta con lugar para que las empresas puedan instalar
más centros, creándose conflictos reiterados entre las empresas
salmoneras y los operarios de turismo por la matanza de lobos marinos,
contaminación y presencia de basura en las áreas costeras y playas que
atenta contra las actividades estivales. Este tipo de denuncias se han
producido en lugares como Puyuhuapi y Lago Llanquihue en contra de
Marine Harvest Chile, y en Puerto Cisnes y en el Lago Villarrica
empresarios turísticos reciben reclamos constantes producto de los
residuos de la industria salmonera.
Actualmente las compañías
salmoneras están tramitando alrededor de 2.000 solicitudes para el
cultivo de salmones en la región austral de Aysén y Magallanes. Aquí
compiten las grandes empresas nacionales y transnacionales, tales como
la noruega Marine Harvest, la japonesa Salmones Antártica, y las
chilenas Los Fiordos/Agrosúper, AquaChile, MultiExport y FrioSur, entre
otras.
3. Ocupación ilegal por parte de salmoneras
Una
de las zonas que comienza a sentir los efectos de la colonización
salmonera es Chaitén, una comuna de pescadores, agricultores y
empresarios de turismo. En este lugar la industria comenzó de la peor
forma su expansión. Instaló sus jaulas de cultivo en forma ilegal, tal
como está sucediendo en otros lugares. Una de las mayores empresas
chilenas, Pacific Star, comenzó a engordar salmones sin permisos de
ninguna autoridad estatal, violando las legislaciones ambientales,
pesqueras, laborales, sanitarias y normativas de la Armada. Debido a la
presión ciudadana, a la organización de las comunidades y a la denuncia
pública, esta compañía debió retirar las jaulas.
Dentro de este
contexto, destacan entre los problemas más notorios y sus consecuencias
los ochos años de irregularidades e ilegalidad en Chillán con la
Piscicultura Chillán, ex Frío Natur, escapes masivos de salmones con
graves efectos en la vida silvestre, el uso masivo y poco controlado de
antibióticos, la resistencia bacteriana en hospitales de la Décima
Región, el impacto sanitario del Caligus (piojo de mar), mortalidad de
lobos marinos, la proliferación de vertederos industriales y la
sobreproducción ilegal, mucho de estos puntos acrecentados por la
insuficiente capacidad del Estado para monitorear efectivamente la
expansión de la industria de cultivo de salmónidos y de la escasa
voluntad política de las compañías para cumplir con sus obligaciones
ambientales.